¿Cuantas películas reconoces?
Aquí clasifico la ociosidad. Lo que no tiene un sentido específico.
¿Cuantas películas reconoces?
Ayer fue un día atípico y para recordar. No comenzó como todos, a las 00:00 se inicia mi jornada laboral (no piensen mal). Se me venía un trabajo que llevaba meses en carpeta y su ejecución era crítica. Está demás decir que estaba nervioso. Sin embargo, luego de 7 horas, me pude ir a dormir sabiendo que todo había resultado bien. Como podrán imaginar, intentar quedarse dormido a las 7am cuando toda la gente en el edificio se está levantando -y por ende, metiendo ruido- es un tanto complicado. Aun así lo logré. Aunque no por mucho, pues a medio día ya estaba despierto otra vez.
Aprovechando que era “temprano” me preparé para ir al centro a hacer trámites que en un día normal no podría, ya que en la oficina no me esperarían sino hasta avanzada la tarde. Me duché, organicé los papeles que debía llevar y partí. Ahora, no sé si fue el sueño, las pocas horas dormidas, el trasnoche, nerviosismo remanente, el apuro o que se yo, pero mientras le di el tirón a la puerta para cerrarla me vino un pensamiento paralizante. No me podía mover y veía inevitable mi destino. ¡Cerré la puerta y había olvidado mis llaves adentro! Sentí como mi corazón dejó de latir por un instante. Chambón yo. Agarré el pomo de la puerta para comprobar que estuviera cerrada. Lamentablemente sí. Pensé ¿qué hago ahora? ¿hago mis trámites o busco la forma de abrir la puerta a como dé lugar? Opté por lo segundo. Revisé mis bolsillos y billetera en busca de algo que pudiese servir. Comprobé que las películas te venden una mentira, no pude abrir mi puerta utilizando una credencial plástica. 🙁 Resignado fui a conserjería a pedir el dato de un cerrajero. Afortunadamente me dieron uno y éste vendría enseguida (les paso el dato Aberturas Cárcamo). Quince minutos después (nota mental: que fácil es abrir una puerta sin seguro) estaba adentro de mi departamento. Pasó el susto y regresó la calma. Mi corazón podía seguir latiendo normalmente.
Cualquier coincidencia con la realidad es mera casualidad
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Las Perseidas son una lluvia de meteoritos que se aprecian durante esta época del año – julio, agosto. Son conocidas en el hemisferio norte y desconozco si se pueden apreciar desde Chile. Su climax será la noche del 12 y 13 de agosto.
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Impresionante video que muestra como la tecnología de pantalla verde y gráficos computarizados ya no es exclusiva de George Lucas, Star Wars y Hollywood. Ahora se apodera de lo que vemos hasta en las series de TV.
Hoy me enteré de una tragedia. Esta madrugada ocurrió un incendio en la iglesia San Francisco, en el cerro Barón, Valparaíso. Me afecta porque una linda etapa de mi vida ocurrió en esa ciudad. Viví varios años allí y mantengo lindos recuerdos de la ciudad puerto.
Valparaíso es una ciudad que amas u odias, pero no te deja indiferente. Amarla no es sencillo, se le critica que es sucia y peligrosa. Sin embargo, entre calles y cerros guarda una magia. Un encanto. Es la Joya del Pacífico como popularizó Lucho Barrios. Sus casas pintorescas que bañas los muchos cerros que lo conforman. Esas escaleras eternas para llegar a tu destino, ¿cómo no quererlas? También están los ascensores, los pocos que aún funcionan. La brisa marina junto con el ruido de las olas. Son muchas cosas que hacen de Valparaíso esa espléndida ciudad.
La variedad de gente que puedes encontrar en Valpo, la hacen una ciudad cosmopolita. Gracias a su calidad de puerto, con los muchos barcos -de todo tipo- que llegan y sus turistas, mezclados con la enorme cantidad de estudiantes -yo fui uno de esos- añaden otro ingrediente a esa mezcla cultural de la ciudad.
Como homenaje quiero dejarles este video que encontré donde se aprecia Valparaíso desde ángulos pocos vistos.
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Hacer fila para pagar por tu café ya es habitual en muchas partes. Sin embargo, hacer la misma fila y pagar por un café que no vas a beber es nuevo. En Canadá se está haciendo y ¿por qué razón?. Simplemente buena voluntad. Generosidad.
Así es. Celebrando en la oficina. Este mes fue una avalancha de cumpleañeros. Cinco en julio. Y la celebración estuvo a la altura. Fue una buena manera de terminar la semana. Es un agrado que estas pequeñas cosas se hagan en un ambiente laboral. Le quitan la formalidad y hacen que el ambiente se relaje. Sea distinto. Ameno.