En estos días las lluvias se han hecho presente en Santiago. Esto pone una pausa a la sequía que dicen afecta al país. Por mi parte es una noticia que me alegra. Me gusta la lluvia. Ese aroma que impregna el aire, esa sensación de purificación. Sensaciones que se agradecen en esta ciudad poluta.
Así mismo, algo que disfruto es salir a caminar bajo la lluvia. Siempre y cuando sea prudente hacerlo. Estar resfriado nunca es agradable. Una tarde dominical caminando por el barrio mientra cae una llovizna es un buen panorama. Sentir la lluvia. Sí, porque la idea es sentir la lluvia caer, así que el paraguas está de sobra. Yo no soy de las personas que usan uno de esos -pero sí le encuentro la utilidad en esta zona- en cambio, me abrigo con una parca y listo. Además, siempre he encontrado que las personas que utilizan paraguas son egoístas y desconsiderados. Como soy alto, debo andar evitando chocar con los paraguas, pues la gente ni se molesta en levantar la vista y menos en levar su ‘techo portatil’.
En fin, aproveche estos días lluviosos y salga a disfrutar de la lluvia y el aire limpio. ¡Ah! no olvide mirar la cordillera cuando despeje.
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