Como todo año, el 2013 tu sus altos y bajos. Las cosas suceden por alguna razón y creo que si te ocurre algo negativo es solo para que valores más lo positivo que viene después. Estos días me he puesto a pensar en grandes y no tan grandes cosas que viví durante el 2013 y vale la pena resaltar. Algunas te pueden parecer insignificantes, pero no todos perciben la misma experiencia de igual manera y su apreciación es distinta también.
El muro de ideas extrañas
Para comenzar, voy a destacar este logro, pues soy una persona callada. No acostumbro a decir lo que pienso y este blog me ha servido para expresarme. Este proyecto comenzó allá por mayo de 2013, primero como un desafío y ahora se ha convertido en algo más serio. No he escrito muchas cosas, ni he puesto contenidos muy relevantes, pero me ha ayudado. Es una forma más -y completamente válida- de contarle al mundo lo que pasa en mi cabeza. Lo considero un paso importante.
Viajes de fin de semana
¡Sí! viajar. Fueron pocos viajes, pero ya se vendrán más. Viajé con Dani y con amigos, a distintos lugares y geografías. Pero lo importante es que viajé, que salí de Santiago y de mi rutina.
Sobreviví a Fantasilandia
Casí veinte años pasaron desde la última vez que visité Fantasilandia. Aquella vez fue en unas vacaciones que hice junto a mi familia. Esta vez, con amigos. Y lo pasé muy bien.
Digo sobreviví, pues algunos juegos me hicieron sentir mal. Uno que otro mareo. Sin embargo, aguanté los distintos juegos. Me armé de paciencia al hacer esas filas eternas y ver como la gente se colaba (aunque a más de uno le negué el paso a saltarse la fila). Fue una buena experiencia y espero que no deban pasar veinte años más para repetirla.
Conciertos
No digamos que fui a muchos conciertos, tan solo a 2. Pero fueron una gran experiencia y lo pasé genial. Viví la experiencia de una ubicación “VIP” (que te VIP no tiene nada) y ver a tu artista desde muy cerca.
Introspección
En lo personal puedo decir que he estado madurando. No digo maduré pues creo que es algo en constante progreso. Fue un año donde me vi en situaciones complicadas que me hicieron analizarme en muchos aspectos. De esa introspección saqué muchas conclusiones que me llevaron a reconocer errores, pues es el primer paso para mejorar. Estoy trabajando en descubrir que es lo que siento y expresarlo, para lo cual ayuda mucho este blog. Además, lucho contra mis instintos individualistas para lograr ser más sociable y no ser tan egoísta con mis amigos.
Resumiendo, fue un gran año y he de esperar que el 2014 sea mejor, venga con desafios y logre las metas que me propondré.